Prensa Mincyt/Karina Depablos.- Como parte de las acciones del recién instalado Consejo Científico y Tecnológico en Mérida, un total de 250 productores del municipio Rangel de esta entidad recibieron 50 mil semillas de papa prebásica, para la producción de simientes de este rubro de alta calidad fitosanitaria.
La ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez-Ramírez, acompañada del gobernador del estado Mérida, Jehyson Guzmán, estuvieron a cargo de la entrega de los insumos a los integrantes de la Asociación de los Comités de Riego del municipio Rangel (Asocramr), quienes además recibirán asesoramiento técnico de parte de la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Codecyt) y de la Red de Productores Integrales del Páramo (Proinpa).
En este contexto, la ministra señaló que la Alianza Científico-Campesina no solo comprende el rescate de las semillas del pueblo, sino que fomenta la organización comunal, así como formas otras de concebir la producción agrícola.
“Es saber ancestral, campesino y académico. ¡Semillas soberanas del pueblo y para el pueblo! Cada semilla que nace de la Alianza Científico-Campesina es una esperanza de vida. Ponemos ciencia a la producción, por la soberanía alimentaria del pueblo venezolano”, enfatizó.
Los miembros de los comités de riego Las Cuevas, La Musuy, Mi Guago, Mi Carache, Toma Alta Los Apios, El Desecho y La Asomada agradecieron el apoyo del Ministerio para Ciencia y Tecnología y de la Gobernación de Mérida por promover la agricultura familiar y el rescate de semillas soberanas.
Prensa Mincyt/Karina Depablos.- La Alianza Científico-Campesina continúa su labor de construir una red de producción e intercambio agroalimentarios en todo el país.
En esta oportunidad, las mujeres rurales del Monasterio Santa María Reina de los Ángeles, ubicado en Chirgua, estado Carabobo, compartieron un lote de semillas de maíz ancestral de alta calidad genética, química, fisiológica y nutricional con los alumnos de la Escuela Agroecológica Montalbán para garantizar la materia prima para la elaboración de alimento balanceado destinado a conejos.
Estas semillas soberanas de maíz amarillo, variedad Inia 7, servirán para apoyar el proyecto de Cunicultura Familiar Sostenible que ejecuta la Escuela Agroecológica Montalbán, ubicada en Los Teques, estado Miranda. Además, estos jóvenes cuentan con el financiamiento del Programa de Pequeñas Donaciones en Venezuela y el apoyo técnico de la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Codecyt).
La ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez-Ramírez, informó que los alumnos de la Escuela Agroecológica Montalbán también entregaron 20 plantas de cacao criollo mejorado y 20 plantas de café de la variedad Castillo a las carmelitas descalzas de Chirgua.
“Fue una experiencia bellísima. La Alianza Científico-Campesina sigue rompiendo paradigmas porque facilita la construcción de redes de intercambio de semillas soberanas que favorecen la biodiversidad, así como el encuentro del pueblo campesino, la divulgación de saberes y la socialización de los procesos productivos para mejorar nuestra capacidad agrícola nacional”, explicó.
La titular de la cartera científica venezolana destacó que esta alianza, programa del Ministerio para Ciencia y Tecnología, ha sido exitosa y ha permitido apoyar la producción de alimentos sanos, ricos y soberanos para el pueblo, en tiempos de pandemia y de constante asedio imperial.
Prensa Mincyt/Karina Depablos.- Mantenerse unidos para impulsar el cultivo de la tierra y la producción de alimentos sanos para el pueblo venezolano ha sido el logro más grande de la red de Productores Integrales del Páramo (Proinpa), durante los últimos 21 años.
De acuerdo con Rafael Romero, miembro fundador y coordinador de Planificación de Proinpa, esta organización trabaja arduamente enfocada en tres estrategias: la diversificación de la producción, la ruptura con el esquema del monocultivo y la tecnificación de los procesos.
“Queremos diversificar el tema de especies; desarrollar la biotecnología de semilla en papa, pero también en ajo, fresa, estevia, café, trigo, quinua y muchos más. Además, necesitamos salir del monocultivo para avanzar a la agricultura diversificada, familiar y sustentable. La tecnificación no es solamente el cultivo in vitro, sino tecnologías sencillas como manejo de suelos, abonos verdes, lombricultura y microorganismos eficientes para el cultivo”, manifestó.
Según Romero, los 84 agricultores andinos, miembros actuales de Proinpa, apuestan por el proceso de escalamiento de la producción de semillas artesanales, puesto que la semilla es el único elemento que es insustituible.
“No hay producción posible si no existe la semilla. La semilla es el origen; la genética representada en la semilla no tiene sustituto, y eso le da el valor estratégico que tiene. Si nosotros logramos romper la dependencia en materia de semilla, ya tenemos la mitad de la batalla ganada y generaremos bienestar al pueblo porque garantizamos los alimentos”, indicó.
La crisis actual no los detiene
Rafael Romero aseguró que Proinpa no ha escapado a los efectos de la pandemia causada por la COVID-19 y del bloqueo financiero criminal por el que atraviesa Venezuela.
“La producción de alimentos es un tema estratégico para el país, ¡eso está claro! No hemos parado. Tenemos complicaciones con el tema energético, combustible para movilizarnos sobre todo los productores a nivel de fincas. Sin embargo, hacemos el esfuerzo, enfrentamos las dificultades de manera colectiva y no individual, porque ahí es donde somos más vulnerables”, expresó el vocero.
Subrayó que la pandemia ha dado un impulso a las alianzas estratégicas, como es el proyecto de semillas con esquema de agricultura familiar con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Hoy por hoy, tenemos una red en el estado Mérida de 10 invernaderos para ampliar la capacidad de producción de semillas de papa. Además, con el apoyo de Codecyt ya estamos en 13 estados del país en un proceso de multiplicación de semilla para pisos bajos. Esperamos mejorar el equipo técnico de los invernaderos y de los laboratorios para poder cumplir con todas las metas”, enfatizó.
Añadió que Proinpa lucha por la agricultura agroecológica y, por tal razón, había previsto la necesidad de depender cada vez menos de los factores externos y de las importaciones para la producción de alimentos.
“Poder producir nuestra propia semilla y no tener que depender de semillas foráneas es la clave. En el tema de los insumos, que es bastante duro, tratamos de sustituir químicos por bioinsumos, aunque sabemos que la complejidad de migrar de la agricultura convencional a la agricultura ecológica. En vista de la emergencia mundial que tenemos, hemos hecho el esfuerzo para concretar la tecnificación, la diversificación y la organización social de la producción”, puntualizó Romero.
21 años dejan huella
El coordinador de Planificación de los Productores Integrales del Páramo, Rafael Romero, comentó que, pasadas más de dos décadas, esta organización ha visto nacer una nueva generación de proinperos con una misión de retomar el control de la producción nacional a través de la agricultura familiar, basada en los conocimientos.
“Estamos viendo una segunda generación, hijos de proinperos, y eso nos da mucha esperanza. Nuestro trabajo se proyectará al futuro; estamos aprendiendo de las experiencias de estos primeros 20 años. Queremos decirle a la gente que la salida es producir, trabajar y quejarse menos. No desconocemos la crisis, pero entendemos que la única manera de solventarla es mirando hacia adelante y no quedarse estancado”, señaló el pionero de Proinpa.
Finalmente, el agricultor hizo un llamado al pueblo venezolano a cumplir las medidas de bioseguridad para prevenir la propagación del nuevo coronavirus.
“Debemos cuidarnos todos, porque todos somos necesarios; debemos tener la esperanza de que todo saldrá bien. Vamos a seguir trabajando, produciendo, y tratar de mostrar, dignamente, el trabajo como la única ruta para salir de la crisis estructural del país”, recalcó.