Prensa Mincyt/IEdith García.- Los pacientes que logran recuperarse de la COVID-19 quedan padeciendo durante varias semanas de una serie de síntomas que han sido denominados por los especialistas como el “síndrome pos-COVID-19”, que no es otra cosa que la prolongación de algunas complicaciones que están relacionadas con las esferas pulmonar, cardiovascular, neurológica, dermatológica, neuropsiquiátrica, y con la tensión arterial.
Wilmer Báez, especialista en medicina crítica y emergencias, explicó los efectos de la enfermedad en cada una de estas esferas, en el programa “Ciencia, pueblo y patria”, que transmite Radio Nacional de Venezuela Informativa (RNV).
La esfera pulmonar está asociada con la disnea, dificultad para respirar que hace que el paciente se canse mucho más rápido en las actividades que normalmente suele realizar; también causa una tos persistente la cual se manifiesta justamente cuando se realiza alguna actividad física, lo que resulta muy molesto; sin dejar de mencionar la fibrosis pulmonar debido al estado inflamatorio que produce la COVID-19 en este importante órgano.
Otra observación muy importante es que “el exceso de oxígeno que se le coloca al paciente por tiempo prolongado durante la enfermedad, puede producir daños pulmonares”, dijo Báez.
En el caso de la esfera cardiovascular, el paciente suele padecer de arritmias; dolor persistente en distintas partes del tórax; inflamación del miocardio y derrames pericárdicos, que incluyen derrame del líquido presente entre las capas que recubren el corazón.
“Otra de las secuelas de la COVID-19 está relacionada con la tensión arterial, en la cual se producen alteraciones, tanto en pacientes que nunca fueron hipertensos y que, ahora, pueden sufrirla —incluso pueden mantener esta anomalía después de superar la enfermedad—, como en pacientes que aun cuando hayan sido hipertensos, su tensión sufre desequilibrios con picos más agudos que antes de padecerla”, señaló el experto.
En el área neurológica, destacó Báez que, entre el 40 y el 60 por ciento de los pacientes, habla de fuertes dolores de cabeza luego de dos semanas de superar la enfermedad, incluso, algunos pueden quedar padeciendo de esta dolencia de manera crónica.
“También hay quienes presentan estados neuropsiquiátricos en los que predomina la ansiedad, trastornos del sueño entre el 30 y 40 por ciento de las personas, llanto fácil y pérdida del olfato (este último también es uno de los síntomas de la COVID-19)”, precisó.
Finalmente, refirió que en el área dermatológica “hemos visto que los pacientes presentan urticaria y hay áreas del cuerpo que se tornan más sensibles, se presenta caída del cabello y se observan puntos negros en el área distal de los dedos”, también en el cuerpo, “todo esto forma parte de este proceso de secuelas”, apuntó.