Proponen construir una red de redes para fortalecer la agroecología en el país

Nerliny Carucí.- Más de 400 agricultores e investigadores de Venezuela proponen crear un gran movimiento agroecológico nacional para fortalecer sistemas alimentarios soberanos y populares.

El III Congreso Venezolano de Agroecología, realizado en octubre de 2019, dejó en firme el compromiso de generar una organización nacional en agroecología, con una cosmovisión indoafrocampesina, que reconozca, rescate y multiplique, en los espacios rurales y urbanos, conocimientos y prácticas ancestrales agrícolas, profundamente humanas y en armonía con la naturaleza.

La declaratoria suscrita por los participantes del Congreso valora la presencia de un rico mosaico de movimientos agroecológicos que habitan y se enraízan en los territorios del país.

El texto registra la agroecología como un poder, en Venezuela, “un poder popular para hacer y sentir, un poder para la vida”, con un enfoque distinto a la agroindustria, y que pone en el centro al ser humano, el respeto a la salud y a la vida.

Un territorio para la esperanza

El III Congreso Venezolano de Agroecología contó con la participación activa y dinámica de 400 protagonistas de 18 estados de Venezuela, entre los que destacan: trabajadores de la tierra, investigadores, innovadores, comuneros, estudiantes.

En esta edición, emergió, con mucha potencia, la presencia del oriente y el sur del país que, previamente, había sido discreta. El Congreso abrazó más de 150 trabajos académicos y experiencias populares dirigidos a la promoción de la agroecología como un baluarte para la transición de esquemas agrícolas y la transformación del modelo rentista a formas productivas más diversas y populares, en los territorios.

La agroecología dialoga y se comparte

Tras tres días de mesas de trabajo colectivo, en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), en Caracas, se establecieron algunos marcos de acuerdos importantes:

1. Reconocer la agroecología como un acervo de saberes, sabores y haceres, por cuanto ha demostrado ser una de las maneras como los pueblos han logrado confrontar los ataques e intenciones imperiales.

2. Defender la conexión espiritual con la Madre Tierra para crear otros sistemas alimentarios soberanos y populares.

3. Ruralizar, simbólica y fácticamente, las ciudades.

4. Respaldar las agroecologías que emergen desde los márgenes, las cuales se contrastan con esa agroecología que trata de imponerse desde los sistemas de poder mundial.

5. Convocar un proceso de cohesión, en clave descolonizadora, para tejer “hojas de ruta” capaces de respaldar la construcción de una red de redes que promueva nuevos haceres productivos, formativos y comunicativos.

6. Entender la dimensión de la transición para no “satanizar” a las personas que, en sus espacios, de producción de alimentos hagan uso de agrotóxicos, ya que existe una explicación histórica capaz de revelar el porqué de estas duras contradicciones ancladas en el sistema capitalista.

7. Generar un proceso de sistematización y mapeo de actores, experiencias, historias y problemáticas territoriales; para construir planes jerarquizados de acciones a ser asumidos por el movimiento.

8. Promover la figura de maestros-pueblo, y los conucos como espacios de aprendizaje.

9. Propiciar la articulación de la academia con el pueblo campesino, en aras de fortalecer la sistematización, el registro y el intercambio de conocimientos.

10. Fortalecer una plataforma de lucha por la soberanía, el acceso a la tierra, la seguridad y la protección de las familias campesinas.

11. Crear mecanismos para dar a conocer las experiencias agroecológicas que existen, en el país, tomando en cuenta sus prácticas, sus formas de funcionamiento, sus acciones y sus resultados.

12. Repudiar los ataques injerencistas imperiales sobre Venezuela, expresados en el brutal bloqueo económico.13. Solidarizarse con las luchas de los pueblos de nuestros países hermanos de Ecuador, Brasil, Colombia, Haití y Chile que, hoy, confrontan a sus Gobiernos por exponerlos a implacables paquetes neoliberales que transgreden las condiciones mínimas para garantizar el derecho a la vida.

III Congreso Venezolano de Agroecología visibilizará un hervidero de experiencias transformadoras

Nerliny Carucí.- Caracas fue elegida como sede del III Congreso Venezolano de Agroecología, que se realizará entre los días 17 y 19 de octubre del presente año.

El encuentro —organizado bajo el lema “Abono de esperanza para la resistencia y la construcción de otros mundos posibles”— congregará a trabajadores de la tierra, investigadores, innovadores, comuneros, en las aulas de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte).

Se trata de un “encuentro doble” de debate y presentación de trabajos, tal como lo anuncia el investigador Francisco Herrera, miembro de la Asociación Venezolana de Agroecología, “con el objetivo de reflexionar acerca de los modelos de producción agroecológicos, y sobre cómo hacer para que estas prácticas se repliquen a mayor escala, en un país que vive bajo asedio imperial”.

El III Congreso Venezolano de Agroecología pondrá en la agenda nacional la construcción de procesos agroecológicos, como un modo de existir, en lucha, resistencia e insistencias de nuestras raíces.

El programa establece tres días de reunión, centrados en la socialización de investigaciones académicas y de experiencias comunitarias; conferencias, mesas de trabajo, plenarias, ferias e intercambios culturales; para conocer y analizar los logros y los desafíos de la agroecología en el país.

A tono con la agricultura familiar

Para el ecólogo Francisco Herrera, “Venezuela es un hervidero de iniciativas agroecológicas que son invisibilizadas; porque, aún, mantenemos y reproducimos la falsa creencia de que el modelo agroindustrial genera los alimentos”.Indica que la agricultura familiar genera más del 60 % de los alimentos que consumimos en el planeta; al respecto, precisó que así lo ratificó, recientemente, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).

Recuerda que, si bien la agroecología tiene décadas en creciente expansión, se debe reconocer cómo fue a partir del año 1999 que hubo un boom en el país: “El artículo 305 de la Constitución habla de agricultura ecológica; es un cambio de paradigma.

A partir de entonces, se ha registrado un conjunto de iniciativas, públicas y populares, para promover la agroecología. Una de ellas es la creación del Programa Nacional de Agroecología en la Universidad Bolivariana de Venezuela, de donde florece el congreso que hoy nos convoca”.

Una práctica vital

Sobre el significado de la agroecología, la bióloga Dayana Ortiz, una de las organizadoras del Congreso, aporta que esta es una práctica vital para el futuro del mundo.

“La agroecología no solo es una ciencia, un movimiento, una práctica cotidiana: es la vida misma en el planeta. No debemos colocar a la naturaleza apartada de las sociedades humanas. Debemos reconocer que somos parte de la naturaleza, y aprender a establecer relaciones responsables”, manifiesta.

Ortiz agrega que es necesario articular las experiencias locales transformadoras: “Tenemos un modelo agrícola que no sostiene la vida, sino que más bien la deteriora. El modelo agroindustrial hace un uso indiscriminado de los recursos del planeta. Con la agroecología, podemos devolver su justo valor a los recursos de la Tierra. Los recursos naturales no son una mercancía; es hora de preservarlos”.

Por su parte, William González, estudiante de Agroecología en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), señaló que este encuentro nacional debe integrar las experiencias locales exitosas para construir un plan de soberanía alimentaria sobre bases académicas y saberes populares.

“La situación mundial actual nos dice muy claro: ¡o nos conectamos o nos extinguimos! No hay más opción. Bajo las condiciones que estamos viendo, hay cambio climático, menos disponibilidad de agua. Son alertas que deben llevarnos a detener la dependencia de la agroindustria y la renta petrolera, para volcarnos a la experiencia productiva familiar y comunal”, subraya.

Un movimiento necesario

Dayana Ortiz significa que, en las ediciones anteriores del Congreso, quedó pendiente generar un movimiento nacional, una especie de red de redes de iniciativas productivas agroecológicas, desde los espacios rurales hasta los urbanos, para articular políticas y promover, juntos, las estrategias que están permitiendo la territorialización de la agroecología.

En esta oportunidad, se ha abierto el abanico de participación a distintos actores populares e institucionales: “Invitamos a redes locales de producción y distribución, comunas, redes de innovación, agricultores urbanos y rurales, estudiantes, profesionales, cocineros/as, semilleristas, conuqueros/as, científicas/os; en fin: cualquier persona interesada en estos temas, para el encuentro, el intercambio y la construcción de un movimiento agroecológico nacional”, precisa la investigadora.

Para mayor información sobre la dinámica del Congreso y el proceso de registro, el equipo organizador pide consultar la página web: https://avaagroecologia.wixsite.com; o el canal en Facebook: https://www.facebook.com/IIICongresoVenezolanodeAgroecologia2019.

Fotos: Cortesía Prensa Mincyt