Prensa Mincyt/Karina Depablos.- La ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez-Ramírez, aseguró que es necesario promover una comunicación verdaderamente humana para continuar la batalla de la conciencia.
Durante su participación en el Congreso Internacional de Comunicación «¡Ahora, hablan los pueblos!», realizado en Caracas, la ministra explicó que la ciencia y la tecnología deben garantizar la decolonización de las formas y los procesos de la comunicación para narrar la verdad de los pueblos de América Latina.

“Estamos trabajando para construir las tecnologías apropiadas y apropiables para el poder popular, para que nos encontremos y nos integremos en una propuesta ética, moral y transparente; que nos una y que eleve nuestras luchas, para que el pueblo exprese su conocimiento de la información, de las verdades, de sus batallas diarias”, manifestó.
En este sentido, la titular de la Cartera Científica comentó que la propuesta de una universidad internacional de comunicación popular puede unificar las luchas de los movimientos sociales ante los constantes y despiadados ataques imperiales.
“Dar la batalla de los pueblos, la batalla de las ideas. Ese es el rol de la ciencia: construir todas las formas y los procesos que nos permitan el buen vivir del conocimiento, también, para la paz. La universidad es un manifiesto de nuestro pueblo para contar nuestra verdad desde la biodiversidad, desde nuestra tierra, con nuestras características como venezolanos, y que nos unen a los pueblos del continente”, señaló.

Ciencia como instrumento de emancipación popular
Antes de participación de la ministra para Ciencia, le tocó el turno al especialista mexicano en Comunicación, Fernando Buen Abad. Este comunicólogo declaró que la ciencia no es enemiga del pueblo; todo lo contrario: es un deber de las naciones trabajar para que esté al servicio de las luchas sociales.
“No aceptemos ninguna estrategia de estas que dicen que la ciencia es colonialista. Sí hay una ciencia que ha sido colonialista y mercantilista. Pero no aceptemos la generalización mundana, tonta, infantil y babosa porque produce confusión, descontento y abre muchas posibilidades para que se nos infiltren los manipuladores. La ciencia, la tecnología y el saber deben ser rigurosos, pero deben estar al servicio del proyecto revolucionario, de la batalla por la libertad de expresión”, subrayó.
Resaltó que el Congreso Internacional de Comunicación cumple con el mandato de un pueblo, con su derecho a pensar y a decir el mundo que quiere; pero, sobre todo, de una manera emancipadora, libre e independiente.
“Hay un reclamo mundial de los pueblos: afincar todos los espacios para el diálogo y para la paz, porque es urgente. Aquí, está creciendo esta petición, y la comunicación debe servir para eso. El desafío de los pueblos es hacer una comunicación con una ética revolucionaria y una estética distinta para expresar las luchas de los pueblos”, enfatizó.