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Laboratorio de semillas agámicas es ejemplo de innovación tecnológica

Cuando hablamos de innovación tecnológica en Venezuela es necesario mencionar, sin lugar a dudas, al Centro Biotecnológico para la Formación en la Producción de Semillas Agámicas (Cebisa), ubicado en el estado Mérida y puesto en marcha por la red de productores integrales del páramo (Proinpa).

El Cebisa, pronto a cumplir 14 años, es el laboratorio encargado de producir principalmente semillas de papa con un trabajo técnico in vitro de propagación.

Moralba Toro, técnico del laboratorio, explica que “la idea es que dejemos de importar semillas. Cuando se aprobó el proyecto de cultivo de papa, empezamos en el pueblo, en Mucuchíes. No teníamos en dónde hacer un laboratorio y comenzamos en un salón de clases. El laboratorio tiene 14 años y Proinpa tiene 24 años en la lucha para la producción de semillas. Actualmente ya tenemos 50 núcleos de semilleristas productores que vienen a recibir su formación e importancia del proceso”.

Cada operador produce de 800 a mil microplantas diarias

En estos catorce años, el Cebisa ha recibido el respaldo y asesoría de diversas casas de estudios, como la Universidad Simón Rodríguez, la Politécnica de Mérida y la Universidad Central de Venezuela. “Cuando iniciamos, lo hicimos con cinco tipos de papa, comenzamos con el apoyo del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) para nuestra formación, entrenamiento y luego se fueron sumando de a poco distintas instituciones para apoyarnos”.

El laboratorio tiene toda tecnología especializada en módulos con características específicas para mejorar la red de producción, “tenemos alrededor de 80 variedades de papa para pisos altos y bajos y una colección de papa nativa. También, contamos con una zona de escalamiento donde tenemos aproximadamente tres mil plantas que se deben pasar al invernadero, desde donde sale la primera semilla que se le da a los productores”.

Para el área de propagación, el laboratorio cuenta con tres cámaras de flujo laminado para la multiplicación de las plantas, “estas cámaras tienen su propia luz UV y en ellas trabajan tres operarios que producimos alrededor de 800 a mil 000 microplantas diarias”.

Estas microplantas son reservadas en un frasco de vidrio con una solución enriquecida de nutrientes, “es como un suero artificial con todos los micros y macro nutrientes, las hormonas de crecimiento, enraizamiento y el alimento que la planta necesita para el mes que estará en esta área”.

Además de la papa, el Cebisa ha incursionado en la producción de semillas agámicas de varios rubros.

Posteriormente, cuando las plantas están de un tamaño considerable y pasan a ser plantas madres, un lote es llevado al área de propagación para seccionarlas. “Por ejemplo, nosotros sembramos ocho microesquejes pequeños y cuando ya están grandes, las sacamos y replicamos. Un frasco me puede generar de tres a cuatro frascos más con ocho plantas cada uno”.

La idea del páramo se extendió a 18 estados del país

La producción de semillas de papa, siguiendo los métodos de producción agroecológicas, se ha convertido en uno de los principales estandartes de Cebisa, reivindicando con ello dos vertientes de aprendizaje: desde el plano económico, la posibilidad de atender nuevos nichos de mercado, y la producción de conocimientos en sí mismos siguiendo esquemas diferentes a los procesos tradicionalmente reconocidos como formales.

El Cebisa tiene capacidad para doscientos cincuenta mil plantas al año, un silo de almacenamiento de mil metros cuadrados, la Red de fincas de los asociados con una superficie aproximada de doscientas hectáreas con aptitud para la multiplicación de semilla de las diferentes variedades y categorías, distribuida en todo el municipio Rangel, y un aproximado de mil quinientas hectáreas en manos de productores multiplicadores de semilla en varios municipios del Estado Mérida, así como en otros 18 estados del país.

“Hasta ahora estamos presentes en 18 estados del país. En Mérida tenemos tres invernaderos, uno aquí en Mucuchìes, y otros dos en los pueblos de Gavidia y Apartadores, productores socios de la organización Proinpa y quienes nos solicitan las plantas. Nosotros les entregamos estas plantas, ellos siembran y cosechan. El proceso de intercambio se hace con la devolución de dos semillas por planta. Se hace así para que el productor tenga y sostenga su producción”.

Además de la papa, el Cebisa ha incursionado en la producción de semillas agámicas de fresa, batata, ñame, stevia, zanahoria y recientemente, el ajo.

Para el coordinador de planificación de Proinpa,  Rafael Romero, este es un logro modesto de suma importancia, no solo porque es un modelo que aporta en la sanidad de los ecosistemas, sino también por su importancia en la soberanía alimentaria del país.

“Este es un proyecto de larga data para la multiplicación de semillas, unas semillas que se destacan por poseer sanidad fitosanitaria, es decir, están libres de enfermedades, plagas y virus”. Igualmente, resaltó que en el marco de la Alianza Científico Campesina se apuesta por la construcción de la soberanía alimentaria, “el aporte nuestro es contribuir a que la gente productora obtenga las semillas y eso ya es soberanía.”, puntualizó.

Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología / Periodista: Nailet Rojas Garcia. 

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