Intelectuales realizan en Caracas encuentro con mujeres

Prensa Mincyt.- Desde los espacios de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), este martes, 16 de agosto, se realizó en Caracas el “Debate con mujeres en la ciencia para el abordaje de la salud comunitaria y la reproducción de la vida”.

Esta actividad contó con la participación de la filósofa mexicana Katya Colmenares, el pensador  boliviano Rafael Bautista y el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfóguel.

Durante su intervención, la filósofa mexicana Katya Colmenares llamó a trascender la visión atomizada de la realidad. “Tenemos que trascender esa visión atomizada de la realidad, la individuación que nos separa, la sociedad moderna; la sociedad se opone a la comunidad”.

Dijo que la sociedad está configurada a partir de individuos que buscan sus propios intereses; es decir, seres autocentrados. “Necesitamos salir de nosotros y dejar de ser individuos, necesitamos empezar a hermanarnos en esa relación que nos trasciende”.

Colmenares expresó que los niños y las niñas representan la nueva humanidad. “Estamos criando una nueva humanidad y eso no lo podemos hacer cuando los niños ingresan a la escuela, tenemos que hacernos cargo hoy, ponerlos en el centro de todo. Tenemos que hacer desobediencia humana, ya basta de separarnos, de producir niñas y niños desvinculados, cada vez que nos separamos estamos reproduciendo esta sociedad moderna”.

Citó las palabras de Laura Gutman en su libro La revolución de las madres, quien dice que la verdadera revolución de este tiempo está a cargo de la mujer. “Somos nosotras las que vamos a llevar adelante este proceso de rehumanización. Nuestros compañeros, hermanos nos acompañarán en este proceso, tenemos que irlos sensibilizando de esta necesidad de hermanar, maternar y paternar”.

La filósofa mexicana reiteró que tiene que haber un cambio de paradigma, en el cual los niños y las niñas sean la semilla de la vida que hay que cuidar. “Cuando un niño se acostumbra al amor y ve el sufrimiento ajeno, se duele de ese sufrimiento, le parece insoportable. Necesitamos seres humanos para los cuales el sufrimiento sea insoportable. Tenemos que hacer que el dolor sea insoportable para todos, que nos duela el dolor ajeno, el tirado en el camino, el pobre, porque solo así emprenderemos todas las acciones para transformar ese dolor, esa incertidumbre de abandono. La tarea más importante de la mujer, hoy en día, es reconectarnos con la vida”.

Acto trascendental

Por su parte, el filósofo boliviano Rafael Bautista enunció en el encuentro que el propósito de la vida sería vivir, cada momento, como un acto trascendental y eterno. “Hoy esa es una de las cosas que hay que revisar profundamente para afirmar la condición humana, que nos serviría para señalar uno de los propósitos para que la perspectiva de la descolonización se haga efectiva”.

En tal sentido, precisó que la descolonización ha servido para empezar a desmontar, sistemáticamente, de modo teórico, epistemológico, la ciencia moderna, la filosofía moderna. “La descolonización apunta a decir una verdadera liberación: consiste en devolvernos la dignidad que el mundo moderno nos ha arrebatado. Cada uno de nosotros es sagrado, digno y merece respeto”, recalcó el filósofo boliviano.

Bautista instó a historizar las narrativas modernas para desnaturalizar las relaciones de dominación. “La modernidad lo que ha hecho es naturalizar las relaciones de dominación, como si no tuviesen historia”.

Dominio patriarcal

En tanto, el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfóguel se refirió a la dominación patriarcal como un tema transversal que ocurre en todos los espacios. “Es un sistema de dominación que forma parte de la dominación capitalista/moderna/occidental”.

Manifestó que el feminismo latinoamericano debe nutrirse del feminismo negro, indígena, chicano, y ser contestatario de ese feminismo cómplice del patriarcado imperial. “Para poder deliberar estrategias de liberación de la mujer, estas tienen que partir de una realidad propia”.

Asimismo, Grosfóguel afirmó que la igualdad tiene que ser parte de una discusión de justicia. “Hay que subordinar la igualdad a la justicia. No se puede agarrar la igualdad y hacerle un fetiche, y perder de vista a la justicia”.