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Más de 60 productores del país reciben formación en Agricultura y Ganadería Regenerativa

Con el objetivo de brindar conocimientos sobre los procesos que permiten mejorar la calidad de los suelos venezolanos, potenciar cosechas saludables y obtener alimentos con mayor riqueza nutricional, se desarrolló el Curso Teórico Práctico sobre Agricultura y Ganadería Regenerativa, el cual contó con la participación de más de 60 productores venezolanos.

La actividad efectuada el pasado martes se realizó en la sede de la Asociación Nacional de Cultivadores Agrícolas (ANCA), ubicada en Acarigua, estado Portuguesa.

La jornada estuvo a cargo de la Fundación Nadbio —precursora en Venezuela en ganadería y agricultura regenerativa— y de los científicos Alejandro Carrillo y Ray Archuleta, protagonistas del documental “Kiss the Ground” de Netflix 2020.

Como parte de la actividad, Archuela puso en marcha dos tipos de procesos científicos para demostrar al instante cómo se identifican y se comportan los suelos saludables y los que están enfermos por falta de nutrientes en ausencia del carbono, elemento químico fundamental para la regeneración de la tierra.

“El carbono es la comida de los microorganismos” aseveró Archuleta, biólogo agrícola estadounidense, durante la explicación sobre cómo desde la biología se puede cambiar al planeta.

Ray Archuleta, especialista en suelos, calidad del agua y agricultura regenerativa. Foto: Marcos Mujica

Empleando un Simulador de Lluvia —compuesto por cinco sistemas de riego, cinco bandejas con muestras de tierra y envases que sirven como canal final del agua— el científico evidenció la situación actual de los suelos en la región.

La prueba comprobó el estado de la tierra en distintas etapas como: bosque, pastizal, cultivo de maíz, cero labranza y labranza convencional. Una vez que el sistema de riego humedeció los suelos, Archuleta, explicó que el objetivo principal del agua es infiltrarse y mantenerse en la tierra para alimentarla, así como a los microorganismos que habitan en ella.

Los resultados que arrojó el Simulador de Agua, dejaron en evidencia la importancia de tener un buen ciclo del agua para mantener los cultivos y microorganismos sanos. Si el agua logra infiltrarse y destilar de manera limpia se cuenta con una tierra sana, si corre cargada de arena la tierra está enferma. “Tenemos una tierra muriéndose de hambre”, reflexionó Archuleta.

La realidad demostró que las muestras de suelo de bosque de Portuguesa, están sanas, ya que el agua logró empapar el terrón, mantenerla húmeda para la vida de los microorganismos y destilar cristalinamente.

Archuela puso en marcha dos tipos de procesos científicos para demostrar cómo se identifican y se comportan los suelos saludables. Foto: Marcos Mujica.

En el caso de los suelos en cero labranzas, la tierra absorbió toda el agua; en el caso del pastizal se infiltró y fluyó limpiamente, estas condiciones permiten tener plantas vivas y verdes todo el año, según el científico estadounidense. El resultado fue opuesto en la labranza convencional de maíz, donde el agua corrió por completo llevándose los escasos nutrientes de la tierra y solo absorbió un pequeño porcentaje.

“Estas pruebas nos permiten conocer cómo están nuestros suelos, pero también, nos muestran la cantidad de agua de lluvia que perdemos para los cultivos. Un porcentaje más de materia orgánica permite infiltrar y almacenar 250 mil litros más de agua por hectárea para el planeta; la microbiología permite almacenar el agua donde más necesitamos”, precisó Alejandro Carrillo, presidente de Pasticultores del Desierto AC de México e Ingeniero en Sistemas Computacionales de profesión.

Prueba de Agregados

La segunda prueba para comprobar la salud de los suelos se realizó en largos tubos plásticos de ensayo, cuyos resultados tienen un indicador probable del 95%. El experimento consistió en colocar terrones dentro de los tubos repletos de agua para visualizar la degradación o no de la tierra, dependiendo de su salud.

“En cada pedazo de suelo hay millones de poros que conforman la estructura del suelo, si está sana en presencia del agua no se quiebra, de lo contrario no tendría biología, su estructura se volverá lodo y esto daña los tractores”, expuso el investigador estadounidense.

La prueba expuso la estructura sólida del terrón de bosque, pastizal y cero labranza; en contraste con la disolución de la muestra convencional. Esto se debe a que en la tierra sana, el agua llena los poros y en la otra no hay estructura que la absorba.

Archuleta enseñó como identificar el carbono en el suelo, mediante una prueba de agitación en el agua, como aporte extra a los conocimientos de los productores venezolanos.

La práctica consistió en agitar un terrón dentro de un gran envase de agua expuesto a la luz del sol. El resultado se reflejó en la superficie con moléculas de carbono identificables en forma de pasto de color blanco.

“Lo blanco de la superficie del agua son moléculas de carbono, carbohidratos y azúcares” detalló Archuleta.

Oficina de Gestión Comunicacional del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología/ Periodista: Rosiris Ortega

 

 

Fotos: Marcos Mujica

 

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