Avanza conformación de mesa técnica para proteger genética del cacao autóctono

Prensa Mincyt/Karina Depablos.- Este sábado 16 de julio, investigadores, técnicos y especialistas del rubro cacao sostuvieron un encuentro con la vicepresidenta para Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez-Ramírez, para definir y adelantar la conformación de una mesa técnica encargada de proteger la genética de este alimento autóctono.

Durante la reunión, Jiménez-Ramírez explicó que la producción de cacao en el país va más allá del ingreso económico puesto que es un tema histórico, cultural, educativo, formativo y comunicacional en todas las edades y en todos los sectores de la nación.

“Estamos cumpliendo una instrucción del presidente Nicolás Maduro. Vamos a trabajar en el rescate del cacao porque es una bendición. Es un biopatrimonio; tiene elementos de patrimonio, de identidad, de comunidad afrodescendiente. Es un aspecto histórico que hay que elevar y socializar no es solo agronomía. Es un elemento multicultural. Es un diálogo con muchos sectores que incluye a las grandes empresas y comercializadoras para que sientan la responsabilidad que tienen al respecto”, manifestó.

“El cacao tiene que ver con nuestro acervo histórico, patrimonio, identidad, historia, cultura e incluso con nuestra espiritualidad. Además, de ser una práctica económica que nos permite dinamizar la producción e ingresos del país. Estamos hablando de rescatar cacaos ancestrales cuyo origen es la cuenca del Sur del Lago. Es una genética pura, criolla. Es único en el planeta”, expreso.

Asimismo, reiteró que el cacao criollo venezolano tiene un gran valor genético, así como condiciones organolépticas extraordinarias, por lo que es tan preciado en el mercado mundial del chocolate. “Nuestro cacao criollo venezolano, el chocolate venezolano, ha sido reconocido en múltiples competencias internacionales como el mejor”, resaltó.

La vicepresidenta sectorial indicó que, para conformar una mesa técnica exitosa, es necesario sumar los talentos, las capacidades internas y las vocaciones para rescatar y preservar el mejor cacao criollo.

“Es nuestro deseo que todos se sumen a la mesa técnica, sin distinción: universidades, centros de investigación, productores, viveristas, empresarios, emprendedores del chocolate y el cacao de Venezuela. En la medida que garanticemos un comité amplio y diverso, y en el que incorporemos a los 20 estados productores de cacao, más oportunidades tendremos para accionar y de generar talento, porque eso es lo más importante, el talento para hacer las cosas”, destacó.

En tal sentido, Jiménez-Ramírez informó que comenzará un despliegue nacional conjunto con los ministerios para Agricultura y Tierras, y Educación Universitaria, con el fin de conocer la realidad en los territorios sobre la introducción de la variedad foránea de cacao denominada “CCN 51”, altamente riesgosa para la nación.

“Esta situación nos permite impulsar un renacer de la formación. Es una alerta de formación y educación para generar procesos, condiciones y mejorar los sistemas. Vamos al acompañamiento de los productores. Vamos a formar para que los emprendimientos tengan las mejores formas para desarrollarse económicamente, con buenas prácticas y con el mejor cacao del mundo. De estar ahí con ellos, orientar, apoyar, escuchar. Para reducir los daños de este clon, los productores han dicho que se activen los viveros. Con un plan de formación de productores pueden recibir nuestras variedades y renovar sus cultivos, pero eso requiere inversión a largo plazo. Es una tarea progresiva”, puntualizó la vicepresidenta.

¿Qué significa CCN 51?

De acuerdo con Catalina Ramis, jefa del Programa de Cacao del Instituto de Genética de la Universidad Central de Venezuela (UCV), CCN 51 es clon, un cacao ordinario, común y corriente, que no tiene buenas características sensoriales.

“Proviene de Ecuador. Se llama CCN porque significa Colección Castro Naranjal, por el nombre de la finca del señor Homero Castro Zurita, quien sembró las semillas, y la semilla 51 fue la que resultó vigorosa y rendía mucho, por eso se empezó a propagar por injerto, y hoy día es un clon que acabó con la diversidad genética de cacao ecuatoriano”, reveló.

Igualmente, Ramis detalló la llegada de CCN 51 a Venezuela es un tema muy delicado porque este cacao es 100 % susceptible a un hongo que produce enfermedades que causan grandes pérdidas en las cosechas.

“Este clon requiere altos insumos como agua y fertilizante. Es un riesgo, una pérdida de la diversidad genética del cacao venezolano por polinización cruzada y por sustitución de árboles nativos por ese clon. Se siembra con plena exposición solar lo que no corresponde a nuestro ambiente, pues nuestras plantaciones se desarrollan en bosques naturales bajo sombra. Tiene pésima calidad organoléptica. Es amarga, astringente, es como comer un níspero verde”, declaró.

Dijo que también promueve el comercio ilegal de germoplasma foráneo y generar pérdidas de los mercados de cacao premium de mayores valores, así como la posición de Venezuela como país productor de cacao fino de aroma ante la Organización Internacional del Cacao (ICCO) y su incidencia en la generación de recursos para la nación.

Expresó que la introducción de variedades foráneas atenta seriamente contra la riqueza genética y sensorial que tiene Venezuela, “porque la nación bolivariana sí tiene cacaos buenos, cacao criollo, cacao fino de aroma. Es todo un abanico de posibilidades”, añadió.

¿Qué se debe hacer?

La investigadora y profesora de la Facultad de Agronomía de la UCV, Catalina Ramis, propuso a la mesa técnica para proteger la genética del cacao que se debe insistir en la formación de jóvenes profesionales puesto que hay una gran demanda de talento en todo el país.

“La gente joven debe estar para apoyar este proceso de rescate. Falta formar a los viveristas; promover la resiembra y apoyar a nuestros productores. Aplicar normas para evitar la propagación de CCN 51. Fortalecer los centros de conservación de germoplasmas. Esta invasión de este clon es sumamente peligrosa y esto nos debe alertar. Vamos a actuar y a involucrar a todos y todas”, señaló.

La especialista comentó que, lamentablemente, CCN 51 se ha propagado con fuerza porque los productores nacionales necesitan incrementar la producción y se dejan llevar por las falsas promesas de los proveedores ilegales de esta semilla.

“Analicemos, por qué un productor decidió cambiar toda la genética de su cacao familiar, el de sus ancestros por un material tan malo. Los productores buscan un cacao que produzca más. Un estudio revela que, con 300 kilos de cacao seco por hectárea, por año, no vive nadie, el mínimo son 750 kilos por hectárea anuales para que el productor esté bien. Es un tema cultural pero también económico. Hay que formar a la población”, subrayó.

Por su parte, el profesor de la Universidad Simón Bolívar e investigador de ecología química de rubros autóctonos, José Vicente Hernández, añadió que es imprescindible que el Gobierno Bolivariano estudie decretar las áreas productoras de cacao como patrimonio genético nacional.

“Eso es mi primera recomendación: el patrimonio genético nacional. Luego, debemos hacer un inventario de cuál es nuestro verdadero acervo genético. Existen colecciones, pero hay problemas faltan muchas cosas por hacer. Hay colecciones y materiales en manos de productores, pero también hay colecciones y materiales en manos de industriales. Entonces no podemos depender de la posición política de la empresa, el Estado debe resguardar su acervo genético de cacao. Rescatar la semilla”, enfatizó Hernández.