Facilitan curso de entrenamiento médico ante emergencias radiológicas

Prensa Mincyt/IVIC/Edith García.- Auspiciado por los Ministerios del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Salud y la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) se desarrolla el Curso Nacional de Entrenamiento en el Manejo de la Respuesta Médica en Emergencias Radiológicas, en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), del 28 de noviembre al 2 de diciembre.

El inicio de la actividad estuvo a cargo de la viceministra para el Desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicación, Gloria Carvalho, en compañía del director nacional de Salud Radiológica, Miguel Zerpa, y el subdirector del IVIC, Davil Coll.

Durante su discurso, Gloria Carvalho manifestó que en los últimos años se viene trabajando en el país las aplicaciones pacíficas del uso de la energía nuclear. Destacó que ya fue entregado ante la Asamblea Nacional Bolivariana un borrador de documento para la creación del ente regulador nacional con las competencias y normativas emanadas por la OIEA, tomando en cuenta que en Venezuela solo se cuentan con dos oficinas, una dentro del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la otra dentro del Ministerio de Salud.

“El curso que ustedes inician el día de hoy es parte de los esfuerzos para consolidar una superintendencia de energía atómica que aborde cualquier tipo de circunstancia y que promueva el uso pacífico de la energía atómica, tenemos mucho por hacer en cuanto a información de los beneficios, los riesgos y de las buenas prácticas en la tenencia de fuentes radioactivas”, señaló la viceministra a los participantes.

Por su parte, Davil Coll, subdirector del IVIC, explicó que las radiaciones ionizantes esencialmente se utilizan en tres ámbitos como radiodiagnóstico (RX), medicina nuclear y laboratorios (radiación gamma, radiación beta y radiación alfa) y radioterapia.

“Durante esta semana un nutrido grupo de funcionarios de distintos organismos del Estado venezolano estarán participando activamente sobre los conceptos básicos en emergencias radiológicas, tratamiento médico en emergencias radiológicas, aspectos de salud pública en emergencias radiológicas, seguridad del personal de laboratorio, disposiciones para los servicios médicos en emergencias reales, temas abordados por los expertos designados por la OIEA como Marina Vásquez, especialista en protección radiológica y asesora médica de la Autoridad Regulatoria Nuclear de Argentina; y Juan Cárdenas Herrera, director de División de Servicios Científicos Técnicos del Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones (CPHR)”, detalló Coll.

Juan Mateus: Mi pasión es el rescate, la conservación y la multiplicación de semillas

Prensa Mincyt/Karina Depablos.- Juan Mateus Heredia, ingeniero agrónomo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), investigador, desde hace 27 años, en el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), aseguró que su amor, pasión y dedicación por la naturaleza, la agricultura, la siembra y el cultivo nació desde muy temprana edad.

Al menos hasta los siete años de edad, Mateus vivió en la finca de sus abuelos paternos. Su abuela Andrea era belga y su abuelo Leonardo era ecuatoriano, quien logró estudiar agronomía forestal antes de la Segunda Guerra Mundial. Sus abuelos vivieron en Estados Unidos y en Ecuador, pero, finalmente, se instalaron en Yaracuy, una región al centro-occidente de Venezuela, donde el agrónomo Leonardo aceptó el reto de producir plantas cítricas y de sembrar algodón, maíz y girasol.

Juan Mateus contó que su padre era perito ebanista, pero nunca ejerció. Siempre se dedicó a la agricultura. Este investigador confirmó que fue allí que comenzó su historia y misión de vida porque desde los cuatro y cinco años de edad ya sabía lo que era un cultivo, cómo hacerlo y para qué servía.

“Empezamos, los más adultos, a trabajar en la agricultura y tuvimos hasta tractores. Era una agricultura medio tecnificada. Aunque yo viví la transición, por ejemplo, usábamos escardilla. Ahora, se usa cultivadora acoplada a tractor. Nosotros teníamos 20 hectáreas y todavía existen. Por la maquinaria que llegaba a Yaracuy y al país, empezamos a ver pobreza. La gente perdía su empleo. Y nosotros no es que éramos ricos, pero los Mateus teníamos un poquito más, quizás, por el conocimiento que teníamos, y eso lo entendí desde pequeño: el conocimiento vence la pobreza, al menos, la pobreza extrema. Actualmente, nuestra maquinaria necesita recuperación; yo soy el asesor de mis hermanos en esa parcela. Somos 12 hermanos”, resaltó.

Explicó que los Mateus trabajaron, fuertemente y por mucho tiempo, con algodón y maíz en su terreno ubicado en Yaracuy, y con una parcela en Turén, estado Portuguesa.

Viruticas y observar

“Como agricultores, y en mi caso como estudiante de agronomía, vimos problemas sobre todo cuando sembramos algodón, una planta con plagas y problemas de fertilidad. Esta situación siempre me llamó la atención y despertó mi curiosidad. Yo no me entretenía mucho con juguetes, en su lugar, trataba de reparar cosas o ponerme a ver cómo las hormigas se metían en la cueva y yo le daba viruticas para que las cargaran. Mi papá también alimentó esa curiosidad comprándome un microscopio de plástico. Yo tenía 10 años, pero veía cosas; lo que veía ahí era una antenita, una patita, cosas así. Allí nació mi inquietud, pero esto no termina. Tengo 54 años y poseo mi microscopio, una lupa estereoscópica y una navaja. La navaja la llevo a todos lados; es mi instrumento de trabajo para ver cosas, sobre todo de microbiología o de ácaros, polen y semillas. Siempre me da curiosidad. Todavía hago lo que hacía de niño. Sigo tirando virutas en el suelo viendo un hormiguero. ¡Mi mamá dice que estoy loco, pero yo hago muchas búsquedas!”, subrayó sonriendo.

Juan Mateus recalcó que la información recogida en su vida también proviene de la interacción con los productores, con su familia, así como con los técnicos que lo visitaban de la Asociación Nacional de Cultivadores de Algodón, quienes se tomaban el tiempo para explicar a los niños sobre insectos y gusanos del algodón.

“Como vivíamos de la agricultura, queríamos tener lo mejor, la mejor cosecha y siempre fue una inquietud de mis padres y de todos nosotros. Eso fue un motivo para investigar y optimizar los procesos productivos. Cuando en el campo hay situaciones o problemas, podemos hacer una aproximación y en el IDEA tenemos técnicos y profesionales bien formados y eso ayuda a completar el trabajo, pero ya uno sabe qué es lo que está pasando, qué es lo que está administrando, qué es lo que está investigando, y cómo buscar la mejor solución al menor costo posible”, expresó.

El legado se comparte

Juan Mateus relató que, aunque sus dos hijos varones no siguieron exactamente sus pasos en la agronomía, ha logrado transmitir la información y promover el rescate, conservación y multiplicación de semillas en su propio hogar.

“Mis hijos de 28 y 20 años de edad comparten mi afición por la siembra y la multiplicación de semillas. A veces, me llevo plantas a mi casa para probar una nueva metodología, por ejemplo, multiplicación masiva de semilla de papa en bandeja multicelda que en el IDEA lo hemos probado. Y mi propia familia, mi esposa que es históloga y artista plástico, también trabajó en el IDEA, me dijo que, si he participado en la organización, diseño, adquisición de equipos, transferencia de tecnología y montaje de seis laboratorios de biotecnología en el país, puedo crear uno en mi casa y así fue. Compramos un estante que no es caro, pusimos la luminaria, un aire acondicionado y montamos un cuartito que mide 3 x 2 m. Ahora, mis dos hijos son los que controlan nuestro laboratorio casero. Hemos avanzado y ya podemos producir en forma constante y segura 4000 plántulas, bajo el sistema autotrófico hidropónico de papa, sin ningún problema”, manifestó.

El trabajo casero de la familia Mateus ha dado tan buenos resultados que han entregado a algunos productores del campo plantas para trasplantar en lugares abiertos, con el fin de ver la respuesta de la planta y mejorar los procesos.

El germoplasma es una pasión

“He dedicado muchos años de mi vida a formar a las personas, sobre todo a estudiantes de pregrado, productores/as, campesinos/as. He brindado asesoría a instituciones públicas, incluso, hasta fuera del país. Ahora bien, lo del germoplasma es una pasión, de verdad que lo es, desde la primera vez que lo hice en la Facultad de Agronomía en una materia que llaman propagación de plantas. A mí me gustan los problemas, me gustan las soluciones y optimizar; siempre busco todas las opciones. Yo creo que sacrifiqué más de 100 meristemas de yuca para poder llegar a extraerlos con la perfección que se requiere. En mi tesis hice casi 150 meristemas para validar un experimento que estábamos haciendo allí para la limpieza de germoplasma de yuca. De ahí nació esa curiosidad de ver los germoplasmas, las plantas in vitro, todas son igualitas. Es muy difícil ver la diferencia porque en ese estado está muy juvenil, rejuvenecida, limpia y para mí eso ya es una maravilla. Ya no me asombra como en la facultad, pero siguen siendo mis consentidas”, acotó.

Actualmente, el investigador Juan Mateus es el orgulloso encargado del Banco de Germoplasmas del IDEA que ya cuenta con 87 clones de yuca blanca y amarilla, 62 clones de papa, 12 clones de batata y 12 variedades de musáceas, topocho, cambur, pineo gigante, manzano morado, entre otros.

“Normalmente se mantienen 20 plantas por clon, y puedes sacar una cuenta aproximada de 1700 matas de colección de yuca, y unas 1200 a 1300 plantas de papa. Hoy día, estamos promoviendo la interacción de un proyecto de semilla con el personal del Centro de Investigaciones del Estado para la Producción Experimental Agroindustrial (Ciepe). Queremos iniciar un cruzamiento de dos variedades emblemáticas de papa para producir una nueva progenie que tenga adaptación a piso bajo y también al estrés hídrico. El reto que sigue es bajar la papa de altura y que tenga buen rendimiento con temperaturas un poco más altas. Es el desafío que tenemos hoy día, y le estoy haciendo el debido seguimiento. También estamos innovando y experimentando con piña, ñame, plantas aromáticas y fresa”, indicó.

Generación de relevo

Para Juan Mateus, es imprescindible formar y apoyar una generación de relevo, pero con pensamiento crítico, social, científico, y que tenga acceso a las herramientas biotecnológicas para plantear soluciones a los problemas reales.

“Yo creo que trabajamos para la sociedad, pero también para el ambiente porque somos parte de él. Es muy importante que los científicos/as y la generación de relevo esté muy comprometida e identificada para trabajar por la vida, para preservarla. Fomentar en los jóvenes los proyectos agroecológicos es muy necesario. Mi misión de vida aún no se ha terminado; quisiera hacer mucho más de lo que he hecho. He incursionado en muchas cosas, en la parte agrícola, en salud y nutrición, pero aún siento que no he cumplido todavía con mi meta. Me gusta pensar que transmití a mis hijos lo que me enseñó mi papá. Y espero que ellos recuerden de mí que no deben dejarse vencer por los problemas, todo lo contrario, que disfruten el problema, mientras más complicado mejor”, subrayó.

Doctorado honoris causa

En el marco del 43.° aniversario del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), el investigador Juan Mateus, ingeniero agrónomo de la UCV, fue reconocido con el título de doctor honoris causa por su larga y fructífera trayectoria.

Con humildad, declaró que este honor fue una grata sorpresa y agradeció a todas las personas que decidieron que tenía los atributos y los años de servicio para alcanzar un logro tan importante.

“No me lo esperaba. Seguiré apostando por el trabajo colectivo, la formación, la asesoría, los experimentos, la innovación, y, por supuesto, resolver los problemas. Me gusta leer mucho y seguiré divulgando la información”, puntualizó.

Medicina regenerativa uno de los principales atractivos en la Ruta Científica en el IVIC

Prensa Mincyt/IVIC/Edith García.- Estudiantes de la U. E. D José Gil Fortoul y la E. B .D. Vicente Emilio Sojo recorrieron el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), en el marco de la Ruta Científica del programa nacional Semilleros Científicos, que lleva a cabo el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología.

En esta oportunidad, chicos de 4.° y 6.° grado se sorprendieron del trabajo que pueden desarrollar a través de la química con los experimentos de colores, masa no newtoniana y los compuestos químicos, igual asombro causó entre los curiosos estudiantes el fragmento del meteorito de Ucera, que reposa en la biblioteca Marcel Roche.

Otro de los espacios visitados fue la sala de exposiciones José Maria Cruxent, donde hicieron un breve pero educativo recorrido por el pasado de los pueblos originarios, mientras que en la Unidad de Terapia Celular (UTC), del Centro de Medicina Regenerativa, fueron recibidos por los expertos que adelantan las investigaciones y protocolos con células madre para regeneración de piel, cartílago, hueso, córnea, pulpa dental y enfermedad periodontal.

Igualmente, en el auditorio principal Humberto Fernández-Morán recibieron la charla de diversidad Biológica: “¿por qué protegerla y conservarla?”, en la cual se les explicó sobre la necesidad de conservar los ecosistemas para el presente y porvenir.

Luis Nicolás Febres,  profesor de la U. E. D. José Gil Fortoul, señaló que la experiencia fue maravillosa, tomando en cuenta que por lo general los niños y las niñas no tienen contacto directo con investigadores y mucho menos con el trabajo que desarrollan desde los laboratorios. “El trabajo que desde las rutas científicas se está haciendo incentiva a los jóvenes a que en un futuro se inclinen más por carreras científicas”.

Por su parte, Fanny Rojas, docente de la E. B. D. Vicente Emilio Sojo, explicó que la Ruta Científica es un programa muy interesante para los niños y las niñas, porque estimula en ellos  y en ellas el estudio por la ciencia y la tecnología. “El IVIC es un instituto maravilloso que muchas personas desconocemos y es muy importante saber todo lo que se hace en estos espacios. Excelente trabajo de parte del Ministerio de Ciencia con las rutas científicas y de todas las personas que están detrás de este proyecto tan importante”.